Debemos estar conscientes que la delincuencia siempre ha existido, existe y existirá, de muchas maneras y manifestaciones. Si leemos el primer libro de la Biblia, Génesis, veremos que el primer crimen mencionado en dicho libro fue el del asesinato de un joven a manos de otro, nos referimos al "asesinato de Abel a manos de Caín". Con tal relato, podemos darnos cuenta de que desde siempre la juventud ha sido sujeto activo de actos delictivos.
Los delitos que los jóvenes cometen no siempre van a ser utilitarios, ya que pueden existir otras motivaciones como la demostración de valor, la imitación de su entorno social, algún trastorno de comportamiento, etc. La delincuencia es motivo de preocupación en prácticamente todo el mundo y la inseguridad es uno de los problemas que más inquieta a la población, mientras que el crimen violento se ha convertido en un problema desenfrenado, especialmente entre los jóvenes.
Es por esto por lo que es importante conocer la manera en que la delincuencia influye en los jóvenes y cómo podemos actuar nosotros como ciudadanos ante tal problemática, ya que estos representan el futuro del país y si se involucran en la delincuencia desde temprana edad, resultará muy difícil o casi imposible reincorporarlos a la sociedad. Además, los jóvenes delincuentes suelen quedar fuera de la educación y de las oportunidades habituales para las personas de su edad.